El ficus estrangulador es seguramente uno de los árboles visualmente más impactantes que verá en el bosque tropical o en cualquier otro lado, y hay bastantes de ellos para ver al rededor y dentro de Sayulita, donde han devorado -o tal vez asfixiado sea una palabra mejor- muchas palmas y otros árboles locales. Si comienza a ver, no puede evitar notar la torcida celosía de raíces y ramas, ascendiendo y descendiendo, envueltas al rededor de un árbol anfitrión, el cual, dependiendo de cuánto tiempo haya estado creciendo el ficus, está vivo o ha sido muerto por el ficus.
El fallecimiento del árbol anfitrión viene por que la corona de follaje del ficus eclipsa al árbol, negándole la luz, y las raíces aplastan y ahuecan el tronco del anfitrión. Es un proceso largo y lento, hablando relativamente (los ficus estranguladores crecen muy rápido para los estándares de plantas) pero inevitablemente, éstas plantas oportunistas y parasitarias estrangularán al árbol que las nutrió. ¡¡¡No es diversión natural!!! Si trabajara más rápido, el ficus estrangulador podría protagonizar una película de terror. Duérmase, despierte envuelto en un árbol que le succiona la vida. Pensándolo mejor, tal vez esa película ya se hizo.
Los ficus estranguladores seguramente son criaturas interesantes -y aunque son plantas, las llamo así por que tienen tales… cualidades predatorias. Hay al rededor de 900 tipos diferentes de ficus en la familia, encontradas por todo el mundo; se les llama hemiepífitas por su cualidad epífita parcial -comienzan a tomar todos los nutrientes del árbol anfitrión y el aire y lluvia, que es lo que hacen las epífitas, pero eventualmente crecerá raíces y comenzará a absorber nutrientes del suelo. En consecuencia el hemi- frente al nombre.
Aunque prosperan al tomar la vida del árbol anfitrión, los ficus estranguladores son grandiosos proveedores de vida también. Con el tronco del árbol muerto hueco y fácilmente accesible a través de las muchas aberturas en las raíces ramificadas, los incontables recovecos y grietas adentro, proveen alojamiento para todo tipo de insectos, murciélagos, roedores, aves, y anfibios. ¡Son como altos edificios de apartamentos para la vida animal! Junto con comida rápida en el lugar -los higos del árbol son sabrosos y les gustan a incontables animales diferentes, y por varios meses del año es la única fruta comestible en el bosque semi-tropical. Adicionalmente, las semillas del árbol son llevadas vía estiércol animal, asegurando la distribución de la especie.
La propagación se lleva a cabo en una manera extraña y simbiótica -mencionada en un artículo que leí, una “relación de polinización evolucionaria mutua” con una criatura llamada avispa gallarita o avispa de las agallas. Así es cómo funciona: los higos crecen en racimos, en tallos directamente del tronco del árbol. Cada ficus tiene un hoyo, suficientemente grande para que la hembra preñada entre. Estrujándose para entrar, pierde las alas, y así, después de poner los huevos y depositar pólen, muere. El hoyo del ficus se cierra. Entonces los huevos de avispa macho, que se desarrollan más rápido que los de las hembras, eclosionan, y pronto abren masticando los huevos de las hembras. Entonces se aparean con las hembras, muerden un hoyo en el ficus, y mueren. Las hembras, etiquetadas con pólen, salen del hoyo, llevando su carga de huevos -pero sus alas son tan delicadas que sólo pueden realizar un vuelo, a otro árbol ficus con el mismo tipo de higos en el mismo estado de desarrollo. Así que, o hace lo que hizo su madre, llegar a ese árbol siguiente y morir, o falla en encontrar el árbol y muere.
Hace que uno se pregunte cuál es el significado de la existencia, ¿eh?
De cualquier modo, éstos ficus estranguladores puede encontrarse por el pueblo y especialmente en los bosques circundantes. Mantengan sus ojos abiertos, los encontrarán. Mientras tanto, éstas fotos muestran unos pocos de ellos en toda su extrañamente irresistible gloria parasítica de apariencia embrujada.
