Aunque la gente tiende a pensar de Sayulita como un pueblo de playa y nada más, aquellos de nosotros que vivimos aquí quisiéramos compartir un pequeño secreto: hay mucho modos de vivir aquí, y no todos son necesariamente sobre vivir en la playa. Aunque todos “viven en la playa” en el sentido que el océano está cerca, sin importar dónde esté, hay diferentes ambientes, cada uno ofreciendo una variación de su estilo de vida tropical básico. Hay palacios en la cima de las montañas con vistas desde aquí hasta Hong Kong, hay humildes casas rodantes en el trailer park, con ropa sucia colgada entre cocoteros, a treinta metros del romper de las olas.
Y todo en el medio. Puede elegir vivir -o rentar, cuando visite- en el centro, zona residencial, arriba de una montaña o justo en la playa. Casa, apartamento, habitación de hotel, trailer. Los presupuestos siempre son a consideración, pero en casi cualquier nivel de precio, puede encontrar una variedad de opciones.
Y para aquellos que sienten la necesidad de salir del pueblo, pueden encontrar un lugar para rentar en el bosque semi tropical, mirando al mar. Una habitación de hotel en el Playa Escondida por ejemplo. O una de las casas en las colinas que miran Playa Carricitos. Hay varios hogares en renta en las colinas boscosas, y muchos están a la renta.
Esto es lo que Julia Blumenthal y Jonas Brewer han hecho, quienes ambos tocan el la banda Mexico-estadounidense con base en Sayulita Los Tikkyliches. Mudándose a la “jungla” de Carricitos. Comenzando con una pequeña, decadente casa de ladrillos en la ladera con vista al mar de una colina de Carricitos, han creado ésta mandria de morada, complementada con ahumador, recámara al aire libre, enorme máquina de expresso (le servirán café si pasa por ahí), cocina en el jardín, y mucho arte intrigante de Jasper Marino, un artista que saluda desde Santa Cruz, California. Éstas imágenes tienen una calidad de mandala en ellas, pero con el encanto laberíntico de éstos murales, Julia dice que Marino en algunos casos está haciendo formas generadas por la secuencia Fibonacci -así que es aquí, en éstas humildes paredes de ladrillo, que la matemática y el misticismo se encuentran. Julia no es la primera en llamarla “geometría sacra”, pero es la frase que usó. Como sea. Es algo interesante de ver, un poco diferente de los patrones usuales o imágenes que uno encuentra en los murales mexicanos, y hace de ésta pequeña casita en onda un lugar animado para estar.
Leonardo Fibonacci fue un matemático del siglo XII que descubrió una secuencia numérica que converge, casi mágicamente, en el número fi, que es el famoso número áureo de las matemáticas. Si lo interpreta visualmente, la secuencia también genera la clase de intrigantes imágenes con las que que el artista Marino está jugando aquí. La secuencia es generada añadiendo juntos cada par previo de números para generar el siguiente. Comencemos con 0 y 1: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, etc.
¿Por qué está esto aquí, en éste blog? Bueno, nos figuramos que si vamos a mencionar de pasada algo tan arcano como ésta mítica secuencia, por lo menos una pequeña explicación es requerida. Pero en serio, si comienza a leer sobre éstos números, puede ver cómo alguien como el artista aquí podría haberse obsesionado. Y por cierto, cuando se vive, o visita, un lugar llamado Sayulita, posiblemente encontrará tiempo para meditar sobre éstas preguntas cósmicas.
De cualquier forma, sí genera imágenes maravillosamente encantadoras, justo en los muros de ésta mandria de pequeña casa de ladrillos en una colina mirando a la Playa Carricitos.
Vengan a verla. Hay varios hogares en la misma ladera, disponibles a la renta por semana o más tiempo, y si renta una, digamos, la que tiene la tentadora cama de estilo balinés, abierta al mar, que ve aquí, puede detenerse en su camino abajo por una taza de café y mirar al rededor de la tierra Fibonacci. Mire Casa Carricitos o Casita Ganesh en línea. Y si decide rentar una de éstas casas, compartirá éstas magníficas vistas de Carricitos y el Pacífico; también tendrá acceso a la adorable piscina nueva con un borde panorámico, en las fotos aquí, y el entero mundo salvaje allá afuera.
Una cosa de la “paz y quietud” del lugar para alejarse de todo que debe saber: calmado no es. Entre las aves y las olas rompiendo y las cigarras y el resto de las criaturas de todas formas y tamaños, es una sinfonía orgánica, la naturaleza desbordándose en harmonía de alto volúmen. Requiere un poco para acostumbrarse. Pero la mayoría de la gente aprende a amar el ruido que generan los grandiosos exteriores en ésta parte del mundo. Mejor que los trenes, aviones, y automóviles.