Una de las aves más impactantes de los cielos de Sayulita es la fragata, esta belleza arquitectónicamente esculpida y de cola partida, que podemos ver navegando alto en las corrientes de aire cálido, todo el día. Bajan para explorar el mar, las olas y la playa en busca de alimento; pero mayormente, se elevan muy, muy alto, magníficas en su distanciamiento aéreo perfecto. Excepto cuando los pescadores del lado sur de Sayulita limpian sus redes de los peces de carnada muertos y otras cosas, dando un festín a la población aviar local. Es entonces cuando las gaviotas, pelicanos y fragatas se congregan, arremetiendo en picada para atrapar los peces de la playa, y podemos darles un vistazo más cercano. También es cuando la infortunada ave extraña, con el pescado en el pico, toma un vuelta equivocada y termina en los cables de electricidad vivos, como le sucedió al ave que yace muerta al lado del camino en la fotografía aquí. Es una cosa triste, la colisión de la naturaleza y el desarrollo humano en su más cruda y mortífera presentación -aunque fue una excelente oportunidad para ver más de cerca la elegante forma de la fragata, con sus alas inclinadas hacia delante.
El nombre completo del ave es: fragata magnífica o tijerata maravillosa (familia Fregatidae, Fregata Magnificens) por razones obvias. Magníficas por que están llenas de poder y gracia; fragata por que, bueno, en los viejos tiempos, los piratas usaban navíos fragatas, y esta ave es algo así como un pirata, renombrada e infame por arremeter contra otras aves para robarles la comida.
El ave fragata tiene apenas un metro y veinte centímetros de largo, y la envergadura del ala es de hasta casi dos metros y veinte centímetros. Rara vez se les ve fuera del vuelo, aunque el banquete gratuito al final de la playa, atestiguado y fotografiado aquí, atrajo la atención de muchas de ellas, quienes se pararon en los cables y árboles sobre el camino de Los Muertos. Las hembras pueden ser tan grandes como los machos, pero los machos compensan su pequeño tamaño inflando una brillante bolsa gular durante el cortejo.
Nunca verá fragatas acuatizando, como hacen la mayoría de las aves marinas, ya que carecen de la glándula secretora de aceite que mantiene las alas de las aves marinas secas.
Si sucede que va a las Islas Marietas durante su visita a Sayulita, verá cientos de fragatas, por que la locación les acomoda, y por que la víctima favorita de sus rapiñas es el piquero patiazul, otra hermosa e inusual especie que hace su hogar en las Marietas.