Cualquiera que sea el equipo de sus amores, Sayulita o San Ignacio… Uuups, quise decir, San Francisco o Baltimore, no hubo mejor lugar en el pueblo, o en cualquier otro lugar de la costa oeste del continente norte americano, para mirar el súper tazón, que la azotea/bar de Sayulita Public House. Con el pubmeister Storm Richardson cocinando hamburguesas a la parrilla en la calle, una olla con chile en la estufa, la cerveza, tequila y vino fluyendo, y los espíritus altos mientras veíamos televisión con otro atardecer en technicolor que iluminaba de fondo la pantalla de la televisión, fue sorprendente en esa manera extraña que la televisión encendida artificialmente puede ser, colisionando con la realidad mucho más intensa del mundo natural.
Pero de vez en cuando te gusta olvidarte del mundo natural y enchufarte a la realidad de la NFL, especialmente por un evento estadounidense mayor como es el súper tazón, y estamos agradecidos por que hay muchos bares y restaurantes aquí en el pueblo que mostraron este juego y muchos otros, al estilo de la televisión estadounidense. Beyoncé pateó traseros en su presentación de medio tiempo, en esto todos estamos de acuerdo.
Siendo este un pueblo de la costa occidental, casi todos se decepcionaron por la victoria de Baltimore. Más allá de eso, la extrañana falla de poder en la segunda mitad que retrasó el juego por treinta minutos o algo así, es ampliamente notable. No es como si estuvieran jugando aquí en Sayulita, donde las fallas de energía son cosa de diario. Claro que no, están en Nueva Orléans, donde ocurre que las cosas suceden mal justo como aquí. De cualquier modo, las hamburgues en la azotea, el vino, las bebidas, y la cerveza estuvieron geniales. Buen trabajo Storm y Courtney. Un rato espléndido lo tuvimos todos.
