El Mercado del Pueblo continúa su evolución para convertirse en una parte integral de la comunidad, que no ha sido necesariamente fácil. En los últimos dos años, la gerente Lina Weisman, ha movido el mercado, de la casa de la cultura en el centro del pueblo, a la calle Pelicanos al lado del río, después a un lote vacío cerca de la oficina del delegado en calle Miramar, donde las cosas parecían listas y dispuestas, al menos por esta temporada -hasta que el lote fue vendido abruptamente y la construcción de un hotel comenzó hace dos semanas.
La siempre resistente Lina, cambió a modo de negociación, y la siguiente cosa que supimos fue que el mercado había tomado toda una cuadra de la calle Miramar frente a su locación previa. Este contratiempo resultó ser una bendición, ya que este tramo de la calle Miramar, tiene una buena sombra provista por varios árboles, bastante espacio, y otro lote vacío que ahora es parte del mercado. Cierre la calle al tráfico por cinco horas y allí lo tiene: El Mercado del Pueblo.
Otro cambio, en lugar de intentar limitar los productos disponibles en el mercado a solo comida orgánica producida localmente, cruda o cocinada, Lina a adoptado la presencia de varios artistas y artesanos que se han reunido en los bordes del mercado cada semana, tomando ventaja de las multitudes para vender su trabajo. Así que ahora, junto con sus deliciosos comestibles, puede comprar artes y artesanías.
Ahora hay veinte artistas y cuatro artesanos en la mezcla, vendiendo desde pinturas al óleo hasta collares de jade. También está la abigarrada tripulación de tatuados, perforados y pintados hippies; haciendo malabares, pintando caras, bailando, haciendo música, y generalmente entreteniendo a todos con sus bufonadas. Es una maravillosa y animada escena, un buen lugar para comer, comprar y socializar. No se lo pierda.
No se pierda al preparador de smoothies que da energía a su licuadora pedaleando una bicicleta. Calle Miramar, al oeste de Revolución, todos los Viernes de 10am a 3pm.
