New-Zealand-Express-01

Friday,7 Jun 2013

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Justin Henderson is responsible for most of the the text on this site. Justin is an established writer, having published six novels as well as many non-fictions and travel guides. When he’s not writing, he’s usually riding waves on a surfboard or a paddleboard in Sayulita or Punta de Mita.

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¡¡¡Subió el oleaje!!!

Miren las fotos, gente. Como dicen en Surfalita, subió el oleaje. ¡Muy arriba!

En algún lugar de internet lo vi etiquetado como La Crecida de Nueva Zelanda hace un día o algo así, antes de que llegara acá, así que ahora me tomo la libertad de llamar a ésta épica crecida sur El Expresso de Nueva Zelanda. Supongo que ahí fue donde comenzó la tormenta que bombea en nuestra dirección, desde hace unos días. Mi amiga Risa, que sabe de olas, tiene serios amigos surfos que se han comprometido a volar al sur desde California para llegar a algunos lugares secretos Mexicanos sólo para ésta crecida.



Y también están los otros amigos, que decidieron abordar la cabeza de la crecida al manejar dos días de Sayulita al Río Nexpa, a pocos cientos de kilómetros al sur, y agarrarla antes de que llegue acá. Tuvieron entre ellos, una tabla rota y olas tan grandes que se dieron la vuelta y regresaron a casa.



Pudimos llamarlo un tren de carga con la misma facilidad que llamarlo crecida o un expresso. Después de un par de días de anticipación, ansiedad, excitación, tentación, la mayor crecida del año bombardeó Sayulita el Jueves por la Mañana, 6 de Junio, y a la media tarde estaba produciendo olas lo suficientemente grandes para que les temblaran las manos, para despertar la cabeza, para soplar a todos menos a los mejores y más locos y más estúpidos fuera del agua.



Remé afuera en la izquierda del pueblo como a las 5pm, y después de remar dos veces tan rápido como pude hacia el horizonte, para apenas pasar por encima de la ola más grande que he visto en Sayulita (bueno, hubo una crecida en Agosto del 2011 casi tan grande), recuperé mi aliento, me senté un rato, y después atrapé una, dos, tres olas de tamaño medio, y entonces regresé correteando. Gastado, exhausto, regocijado. Esto es para lo que viven los surfos, el desafío de montar olas de consecuencia, y ésta semana, aquí está. El desafío. Salgan y pónganse a prueba.



La mañana de éste Jueves el borde frontal de la crecida golpeó Bahía de Banderas y en el lado norte, el viento sur-occidental que vino con la tormenta hizo un desastre vil y retorcido de Burros y La Lancha, nuestros dos lugares favoritos por acá. Pero Anclote, hogar de la ola feliz, la ola melosa, la ola fácil para tomar lecciones, simplemente estaba pateando traseros. Remé afuera hacia una pequeña multitud, una mezcla de remeros con tabla y surfos con tablas largas y cortas, la mezcla usual de Anclote, y en un par de horas habían anotado una docena de olas medianamente sobresaltadas, bombas de 200 o 300 metros y 2.4m que parecían no acabar nunca hasta que tropezaban en un embarcadero… sólo bromeaba, pero en serio, cuando pasa surfeando no sólo el primer embarcadero sino el segundo embarcadero en Anclote, antes de salir de la ola, usted sabe que ha sido trabajado.



Más para mañana y otro día o algo así. El oleaje subió, los surfos están enchufados y felices, y por todo el pueblo, aquellos que no están conectados con la comunidad del surf de alguna forma u otra se rascan la cabeza y se preguntan por qué toda ésta gente camina, maneja, o se tropieza (por puro agotamiento) por todo el pueblo con muecas deslumbradas en sus caras y lontananza en la mirada de sus ojos, ¡Creció el oleaje, gente!