En años recientes aquellos de nosotros que vivimos en el lado norte de Sayulita hemos visto levantarse muros al rededor de varios de los lotes más grandes en el vecindario. Éstos lotes no están realmente vacíos, sino poblados de árboles de mango que son remanentes de las granjas que una vez llenaron éste pequeño valle. Dado que varios de éstos espacios son adyacentes a hoteles, y son propiedad de los dueños de dichos hoteles, nuestra asunción natural y miedo era que, con los muros levantándose al rededor de sus propiedades, éstos hoteles se expandirían, construyendo más habitaciones de hotel en lo que es esencialmente un vecindario residencial tranquilo.
Esto fue especialmente verdad cuando un muro masivamente alto y de alguna manera imponente, se levantó al rededor de un lote atrás y adyacente al adorable y tranquilo pequeño Hotel Villas Sayulita. Éste lote previamente era hogar de media docena de árboles de mango maduros, con la maleza llena de insectos usual como alfombra sobre la tierra entre los árboles. Aunque realmente no lo “usábamos”, todos sentíamos que estaba ahí, un espacio abierto cerca; así que cuando desapareció detrás de la “gran muralla de Sayulita”, todos estaban seguros que se aproximaba una expansión del hotel. Nuestros vecinos más acaudalados, sospechosos del súper desarrollo, llamaron a sus abogados y se alistaron para la refriega.
Después de todo, hay muchos árboles de mango en el vecindario todavía, y puede hacer mucho más dinero de una habitación de hotel de lo que podría de un árbol de mango. ¿No es así como piensa la gente emprendedora éstos días?
Imagine nuestra sopresa cuando lo que tuvimos, en lugar de una construcción de dos años y otro montón de habitaciones de hotel, fue lo que ve en las fotos: El Jardín Secreto. Éste espacio rústico y tranquilizador ahora abarca un jardín orgánico, una granja de gusanos, un pequeño gallinero con varias gallinas pone huevos, una zona de meditación, una fuente, un centro de aprendizaje de caja de tierra, y un pabellón circular, encerrado por una malla, utilizada para lo que el gerente del hotel (y planificador del jardín) Salim Zermeño llama un baño gong -un lugar donde la gente se puede sentar entre un par de gongs, cuyos tonos vibradores representan la energía masculina y femenina, yin y yang, y bañarse en la harmonía de los dos. Muy melodioso. Salim y su familia viven en el jardín, y el espacio sobre su casa es un estudio de yoga para los huéspedes del hotel y otros buscando la vibra de yogi. El Hotel Villas Sayulita es ahora un Centro de Salud al igual que un hotel, y el Jardín Secreto es una parte integral de él.
Salim gestiona el hotel y trabaja en el desarrollo del jardín. Él dice que no tiene idea si los propietarios le permitirán continuar transformando éste tranquilizante y edificante recinto en un espacio de meditación incluso más productivo, tranquilo, y meditativo, o decidan derribarlo todo y construir esas habitaciones de hotel hacedoras de dinero después de todo. Pero, son propietarios de otros pedazos de tierra cerca, así que esperamos que si deben, construirán las habitaciones allá y no acá, en el Jardín Secreto.
No debe ser huésped del hotel para visitar el jardín, tome una clase de yoga o un baño de gong -una primera vez para la mayoría de nosotros, sospecho- y/o aprenda como hacer cajas de tierra para crecer comida orgánica. Sin duda, en temporada, si viene a visitar saldrá caminando con un mango o dos en la mano, ya que parece que llueven ésta parte del año. Así que vengan cuando estén en el pueblo, como viajero o residente. Salim recibe a todos los visitantes. El acceso es a través del jardín de entrada del Hotel y Centro de Salud Villas Sayulita.