Uno de los tesoros más atrayentes de Sayulita es Playa Los Muertos, un pequeño recoveco a solo unos minutos de la playa central, pero mucho menos concurrida, y también, para aquellos nerviosos por las olas, más calmada. Muchas de las crecidas que llegan a la playa principal, trayendo consigo emociones para los amantes de las olas de todos tipos, son bloqueadas por Punta Sayulita, pasando Los Muertos de lado, haciéndolo el sitio ideal para nadar tranquilos, incluso snorkelear cuando el mar no está picado. Hay algunas rocas fuera del mar a la izquierda, en los días calmados y de agua clara, estas rocas suelen ser visitadas por una amplia variedad de peces tropicales.
Pero regresemos sobre nuestras huellas. Los Muertos no solo es una maravillosa caminata desde el centro o la playa principal, llegar allí es en sí misma, una de las muchas caminatas estimulantes de Sayulita.
Si comienza en la plaza, el camino más placentero hacia los muertos es dirigirse hacia la playa por calle Marlin o Delfines, y tomar a la izquierda. Pronto pasará la abigarrada colección de pangas, amarradas más allá de la línea de la marea. Son los pequeños botes azul con blanco, antaño dedicados a la pesca comercial de un pueblo pequeño; mientras que muchos de los pescadores aún conservan su vieja rutina, levantándose al amanecer para salir a atrapar la pesca del día, muchos de estos botes, están disponibles para la pesca recreativa, snorkeleo, surfeo, avistamiento de ballenas y todas las demás actividades acuáticas en las que se enganchan muchos visitantes cuando vienen a Sayulita.
Al final de la playa, donde la arena se convierte en rocas que no desea pasar por encima, encuentre una escalera o sendero que sobresale del camino que yace entre la colina y la playa. Desde aquí, a tan solo unos pasos, disfrute la magnífica y panorámica perspectiva de la playa, el pueblo, las colinas elevándose detrás, y la hermosa bahía azul con sus olas rompiendo perpetuamente. El cielo, con nubes flotando cerca y aves volando sobre la cabeza.
Mientras se aleja por el camino, estas vistas inspiradoras se ponen mejor. Aproximándonos al hotel Villa Amor y su arco de entrada, podría parecer que camina sobre un camino privado. No tema. Es un camino público, hermosamente cuidado por Villa Amor, pero abierto, a todas horas, a todo el mundo. Villa Amor solo provee una extensión de cien metros de un bonito camino pavimentado, flanqueado por las hermosas instalaciones del hotel, las cuales puede atravesar de camino a la tierra de los muertos. Playa de Los Muertos.
Primero, ¡el cementerio! Pasando el hotel, tome a la izquierda y suba la pequeña colina. Mientras pasa la cima, descubrirá el pequeño cementerio del pueblo, hermoso y tranquilo. Muchas de las tumbas están elaboradamente decoradas, y casi todas ellas están bien cuidadas, los muertos honrados por flores frescas o artificiales. La luz diurna cayendo, filtrada por los magníficos árboles dentro y al rededor del cementerio, que es sereno y de vibra espiritual, hace el lugar ideal para la contemplación y la quietud.
Por otro lado, si está en el pueblo cuando hay un funeral, o en día de muertos, posiblemente no encuentre el cementerio tan sereno, ya que se habrá convertido en un lugar de encuentro, un lugar donde la gente viene a celebrar, recordando y honrando las vidas de aquellos que se han ido antes. Y por supuesto que nos gusta festejar para honrar a nuestros muertos.
Pasando el cementerio, se va directo a playa Los Muertos, o tome a la izquierda y siga derecho por la terracería hacia el bosque. Cuando el camino se bifurque, el de la izquierda le llevará hacia el pueblo por la calle Niños Héroes; el camino de la derecha le lleva a playas más remotas como Carricitos y más allá. No hay servicios, tiendas, o restaurantes por ese camino, así que si lo escoge, lleve agua y comida. Es una ruta hermosa pero necesitará energía y probablemente no quiera deshidratarse.
Puede hacer esta ruta en coche, en cinco o diez minutos, pero le quita la diversión y la aventura. Si la caminata es demasiado, rente una bicicleta o contrate un caballo. Lo que sea que escoja para recorrerlo, haga tiempo para tomárselo despacio. La caminata vale la pena.