En los primeros días del festejo de Semana Santa, una crecida substancial atravesó el área de Bahía de Banderas y Sayulita, tal como hicimos notar la semana pasada. Después de eso, mientras se acercaban las festividades y las multitudes llegaban a Sayulita, las olas disminuyeron, dejando a los surfos menos que emocionados pero aliviando a todos los demás, por que las probabilidades de que sucediera algún accidente o incidente, también disminuyeron; así que tuvimos un seguro y poco intimidante océano durante todo el ocupado corazón de la semana santa.
Y entonces, hacia el final de Pascua, las olas regresaron, en gran forma, con poder y tamaño. La crecida vino del sur-oeste, trayendo olas emocionantes a Punta Burros, El Anclote y Sayulita. Burros, en particular, vio algunos días de surfeo maravillosos.
Hay muchas tribus en el mundo del surfeo, incluso en el pequeño segmento del mundo surfista que habita Bahía de Banderas, en el estado de Nayarit. Hay locales y turistas, montando de todo, tablas cortas, tablas largas, tablas con remo y boogies, surfos viejos, surfos jóvenes. Hay gringos, mexicanos, canadienses, incluso el extraño francés, argentino o italiano en la mezcla surfa. Compartiendo el amor por las olas, si no siempre un amor recíproco -hay demasiados surfos en el mundo, ¡lo sabemos todos! -las tribus se entremezclan, a diario, en todas las playas del área.
En este punto de la vida, debo llamarme uno de los surfos viejos; uno de los gringos viejos que monta una tabla larga. La monto bien, pero nunca despedazaré olas con la velocidad y poder de un joven de 25 años de nuevo. Eso simplemente no está en las cartas. De todos modos, algunos de nosotros los surfos viejos, la mayoría gringos y algunos mexicanos también, nos defendemos allá afuera, en Burros, La Lancha y Anclote. Como puede ver en estas fotos tomadas en Burros durante una buena crecida reciente, algunos de los gringos viejos aún surfeamos con estilo.
Somos afortunados de vivir aquí, ya que vemos olas como estas muy seguido. Nunca las tomamos por sentadas, pero siempre regresan, antes o después, y si estás allá afuera esperándolas, las encontrarás.
Gracias a Robert Bergeron por las fotografías de surfing en Los Burros.
